Chispazos

Sobre las pérdidas invisibles

Perder: Dejar de tener aquello que se poseía, sea por culpa o descuido del poseedor, sea por contingencia o desgracia.

Cuando Candela comunicó a su pareja que había perdido al bebé que esperaban, que había desaparecido la posibilidad de un segundo hijo, la posibilidad de un hermano para Candela Junior -recordemos que los segundos sólo existen porque ya hay un primero-, cuando Candela se oyó decir en voz alta: “He perdido al bebé”, sintió que el lenguaje y las palabras la habían abandonado. 

A ella, que vivía de la carpintería de las palabras, estas no le permitían hablar con propiedad sobre “lo invisible”, sobre “eso que no se cuenta” aunque le pase a una de cada cuatro mujeres gestantes.
La palabra perder le recordaba la niña que fue, esa que se dejaba la bufanda en el patio del cole o esa otra jovencita de veintitantos que, después de una noche de verano, no encontraba su sujetador.

Ella había perdido al bebé, como si hubiera sido un descuido, como si no hubiera prestado suficiente atención. Se olvidaba de que la pérdida, según la RAE, también estaba asociada a otras «contingencias» fuera de su control. ¡Ay, Candela que cualquier día pierdes la cabeza!

Por eso cuando llegó a casa derrotada y, sí, perdida, le contó a Candela Junior que el bebé se había escapado, como si así se librara de un peso que la señalaba. 

–¿Volverá?

–No, no volverá pero tal vez venga otro bebé a quedarse.

Años después Candela Junior jugaba con su hermana y su amiga invisible. Hacían teatrillos, inventaban diálogos y hablaban con Gina. Así la llamaban.
Gina siempre tenía un cubierto en la mesa, una silla vacía y un hueco en la cama.

–Mami, ¿te acuerdas de Gina?

–No, no la conozco, ¿me la presentas?– decía divertida.

–No hace falta, ella a ti sí. Es el bebé que se escapó. Sigue siendo muy traviesa, le encanta jugar al escondite, pero siempre aparece.

Candela se sentó a escribir. Borró el final de su novela y tecleó: “Los niños, como el arte, convierten en visible lo invisible. Y siempre te encuentran».

Texto inspirado por el maravilloso podcast de Valeria Palmeiro (Coco Dávez) y Leticia Sala. Lo puedes escuchar aquí. Gracias por dar voz a todas las maternidades y formas de creación.

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