Lápiz realista
En una vuelta al cole tan incierta, la única manera de aliviar la incertidumbre es tener claro lo importante.
Más allá de protocolos, coronavirus y medidas, los niños, no lo olvidemos, no se van a quedar con nuestras palabras grandilocuentes, ni con aquello que les digamos en momentos estelares.
🎥Su grabadora no descansa y está registrando lo que ve. Y lo graba a fuego.
🖌️Así que llenemos sus estuches emocionales con lápices nuevos, no tienen que ser los más brillantes y los de punta más afilada, sino aquellos que les permitan pintar mucho y borrar más.
Quedémonos con el lápiz realista y maravilloso de Chema Madoz, ese que tiene más goma de borrar que mina.
Porque para tener un acierto, deberán tener muchos intentos fallidos.
Deberán fracasar (y mucho) y no serán fracasados. Nadie debería sentirse fracasado y menos un niño.
Deberán reinventarse para seguir inventando unicornios y cometas.
Deberán usar mascarillas para dibujar sonrisas.
La famosa frase de Lorca, “tenemos el deber de la alegría”, ojalá sea, pese a todo, la religión más férrea que podamos inculcarles. La alegría es la única garantía del éxito. Del éxito en su definición correcta, no la de los manuales de Harvard o de Wall Street.