¿Mis pulmones? Bien, gracias. Crónica de un cumpleaños
Pollito2 cumple tres años.
Así que la otra noche estuve hinchando globos hasta las tantas. No me puedo quejar ni de capacidad pulmonar, ni de mi solvencia para decir tacos suspirando. Voy sobrada.
Como somos padres molones, aunque tengamos «fallitos» tales como comprar una piñata sin relleno o entregar in extremis los papeles de la matrícula del cole, habíamos conseguido una fantástica cocinita de madera que… ¡Chispas!, traía tornillos y 28 pasos para montar el emporio del mejor chef.
Así que, como diría Laura Baena de @malasmadres, el buenpadre estuvo dándole al taladro, no sin antes acordarse de mí y de mis libros Montessori.
Yo me encargué de la decoración, que es lo mío. En la tienda de confianza del barrio había visto una cosa por dos euros llamada «cortina cumple». La compré. Obvio.
Y tachán… tuve una fantástica entrada de cabaret para el cumple infantil.
Me encanta, en serio. Solo 2 euros.
Envié foto a mi amiga y esta me recomendó pegar mariposas de colores: «Para mitigar el halo de entrada a club de strippers».
Hasta me mandó tutoriales de YouTube para hacer mariposas de origami. A Mí, que sacaba ceros en plástica😂
Llegó el día de autos. Buenpadre y malamadre ojeras hasta el suelo. Globos en orden.
Entrada para el stripper o para la tuna universitaria, perfecta.
Cocina on.
Diadema de unicornio en la cabeza desde primera hora.
Nos llaman del cole, que falta la carta astral de la niña para completar la matrícula. Otra vez a revisar su signo zodiacal, su ascendente, el nuestro y demás datos prácticos. Por fin, niña escolarizada. Primero de padres aprobado. ✅
Como me he cogido el día libre, hago lasaña con bechamel de calabacín sana, sana. Nada de tetrabrick como otras veces, noooo. Me siento una diosa y me vengo arriba.
Osada que soy, anuncio a los pollitos que me las llevo al parque «porque un día es un día».Me miran con terror pero no dicen nada. La mayor se debe temer que la voy a estar dando la brasa en el columpio jugando a las palabras encadenadas 😎
Después al Mercadona, a comprar la tarta.
No recordaba que eran congeladas, así que la tomamos en el postre soplando veinte veces la vela y cantando «cumpleaños feliz «a ver si se ablandaba un poco. Es verano, «no panic». Tarta helada, de toda la vida de Dios, como la Comtessa.
🎉Por la tarde nos toca piñata vacía y piscina.
Cuchilla por la pierna que falta y a chapotear.
Fin.
Ahí la crónica resumida.
Puede estar basada en hechos reales, ser una hipérbole elevada al cubo… O no.
Nota: en serio, ¿por qué las piñatas no vienen con el kit completo de chuches y regalos dentro? WTF!
Imagen de Cottonbro vía Pexels.