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Chicas, no busquéis más medias naranjas

A raíz del anuncio de alguna peli o serie de amor romántico, que me puso los pelos como escarpias, -ya no recuerdo cuál-, iba a escribir sobre la absurda idea de las medias naranjas. Pero de camino al teclado me encontré con Jesús Terrés en mi estantería y dejé de escribir.
Porque si ya está dicho con tanta maestría, para qué voy yo a intentar inventar la pólvora, si encontré los fuegos artificiales.
Vamos, que a continuación se resume todo lo que quiero decirles a mis hijas sobre este asunto. Aquí lo tenéis por si os sirve para vuestros hijos o para vosotros mismos.
Chicas, no busquéis más medias naranjas.

«No busques más medias naranjas. Son un coñazo. Siempre querrán (o peor, necesitarán) algo de su «otra mitad». Su vida está incompleta, ya sabes.
Busca naranjas enteras. Un tío (apunta esto) que no te necesite. Que tan sólo te desee, te admire y te respete. Alguien para quien no seas el final de la juerga sino el comienzo de la aventura”.

Cuando te topas con textos certeros como este, con chispas breves pero sencillas, es necesario compartir a lo bestia. Por eso parafraseo, nombrando, por supuesto, a aquellos que me han regalado algún momento de coger lápiz y subrayar como loca o de hacer una foto con el móvil a una frase si no llevo para apuntar.
Les nombro y rezo en voz alta, para que conste en acta, para que todo el mundo los lea y lean. Leed a Jesús Terrés.

Sin duda estas palabras sirven tanto para ellas como para ellos, aunque es cierto que es a las mujeres a las que más nos han metido en vena aquello del amor romántico, mientras que a ellos aún se les da el pésame con jolgorio cuando se casan. Para reflexionar también. ¿No creéis?

 

 

 

 

Foto de cottonbro en Pexels

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